¿Juzgar o no juzgar?…esa es la cuestión Iglesia / Temas Controversiales / Vida Cristiana

¿Juzgar o no juzgar? Siempre en los temas controversiales se forman dos bandos de opiniones tales como en esta cuestión de «juzgar». El primero dice que la Biblia dice que no juzguemos. El segundo se excusa diciendo que sí se puede juzgar porque este punto de vista lo aprueba la Biblia. Pero realmente, ¿quién tiene la razón? o ¿será que Dios cambió de opinión con el tema de juzgar en diferentes ocasiones en la Biblia? 

Supongo que muchos hemos usado uno de los versículos más comunes de la Biblia que está en Mateo 7.1-5 «No juzguen a los demás, y no serán juzgados. Pues serán tratados de la misma forma en que traten a los demás. El criterio que usen para juzgar a otros es el criterio con el que se les juzgará a ustedes. ¿Y por qué te preocupas por la astilla en el ojo de tu amigo, cuando tú tienes un tronco en el tuyo? ¿Cómo puedes pensar en decirle a tu amigo: “Déjame ayudarte a sacar la astilla de tu ojo”, cuando tú no puedes ver más allá del tronco que está en tu propio ojo? ¡Hipócrita! Primero quita el tronco de tu ojo; después verás lo suficientemente bien para ocuparte de la astilla en el ojo de tu amigo».

Si nos detenemos en el primer versículo y dejamos de leer los demás, como la mayoría de las personas lo hacen (y probablemente hasta lo hayas hecho ahora), parecería que lo único que Jesús enseña es que juzgar a los demás está totalmente incorrecto. El problema en detenerse hasta ahí es que se interpreta este versículo fuera del contexto como fue escrito originalmente (como muchos lo hacen). Si sigues leyendo, te das cuenta a través del versículo 5 que en esta ocasión Jesús les está hablando claramente a los hipócritas (los líderes religiosos judíos) que constantemente estaban condenando a los demás porque no vivían de acuerdo a sus estándares. Analizando bien esta ocasión y considerando Lucas 6.39-42, el contexto de esta ocasión es el sermón del monte—un sermón donde Jesús rechazó el fariseísmo como un medio por el cual una persona podía alcanzar la justicia que los haría aptos para entrar en el reino de los cielos.

La nación de Israel y sus líderes estaban segados a la verdad de Dios y por tal razón Jesús les dice en este pasaje que se tienen que quitar esa ceguera. El versículo 5 dice: «¡Hipócrita! Primero quita el tronco de tu ojo; después verás lo suficientemente bien para ocuparte de la astilla en el ojo de tu amigo». Cuando quitas de tu vida el legalismo de tus ojos, vas a poder comenzar a ver lo que Dios desea que veas y adicionalmente vas a poder ayudar a otros que también han tropezado. El punto de todo este pasaje fue dar una advertencia acerca del juzgar a los demás en base a sus propias normas, ya que serían juzgados de acuerdo con sus propias normas, que ellos mismos no podían ni siquiera cumplir. Jesús también refuerza esto en Juan 7.24, donde le dice a la multitud que no deben juzgar según las apariencias (su comprensión superficial de Él sanando a un hombre en sábado), pero que usaran un juicio justo.
Si este no es el caso, entonces Jesús se contradijo a sí mismo en Lucas 12.54-59 donde menciona, «¿Por qué no juzgas por ti mismo lo que es justo?» (57), aquí les dice a las personas que juzguen lo que estaban viendo y oyendo desde su ministerio para ver si estaba bien lo que se enseñaba en las Escrituras acerca del Mesías. Así que está claro que Jesús dijo en estos pocos versículos que Él no estaba enseñando que todo el juicio estaba mal, sino sólo cuando se basa en las opiniones y motivos humanos, y no en la Palabra de Dios. Con esto dicho, ahora me voy a enfocar en lo que la Biblia enseña acerca de juzgar.

Áreas donde no debes de juzgar:

1. No debes de juzgar cuando se trata de convicciones o preferencias (asuntos no morales) en las que la Biblia no tiene ninguna enseñanza clara. Romanos 14.1-23 nos habla acerca de no juzgar a otro creyente debido a sus preferencias alimenticias (1-4), o cómo ven la importancia de los días especiales (5-8). Pero Pablo sí deja claro que nuestras opiniones o convicciones en estas materias no deben convertirse en una piedra de tropiezo para otros creyentes, pues se convertiría en un problema moral (13-23).

2. No debes juzgar a las personas sólo por su apariencia externa (Juan 7.24; Santiago 2.1-4). Este es el juicio superficial, que a menudo se basa en cómo alguien se mira o habla, y no se basa en lo que realmente están haciendo para el Señor. El problema con este tipo de juicio es que por lo general tiene sus raíces en el legalismo y no las Escrituras.

3. No debes juzgar el servicio de otro cristiano (1 Corintios 4.1-5) . El contexto de este pasaje trata con las divisiones en la iglesia de Corinto. Algunos criticaban el ministerio de Pablo porque sentían que él no estaba haciendo lo que ellos creían que él debería de estar haciendo. El problema no era el ministerio de Pablo o lo que él estaba enseñando, sino que era la actitud de algunos en la iglesia . Esto no significa que no debemos discernir en un ministerio, sino que se supone que no debemos condenar a los demás que no están haciendo lo que creemos que deberían estar haciendo. Tenemos que tener en cuenta que algunos siembran y otros riegan , pero al final de cuentas, es Dios quien da el crecimiento (1 Corintios 3.1-9).

Una vez más quiero recordarte que todos estos pasajes están abordando asuntos no morales. Cuando se trata de pecado, falsas enseñanzas o ministerios, la Biblia enseña claramente que debemos discernir y esto significa que tenemos que hacer un juicio basado en la Palabra de Dios.

Áreas donde sí debes de juzgar:

1. Debes de juzgar los pleitos que hay entre los miembros del cuerpo local de creyentes para que se puedan resolver esos pleitos (1 Corintios 6:1-8). Esto es para que el problema no se riegue hacia los no creyentes, pues desacredita el testimonio de la iglesia a los perdidos.

2. Debes juzgar los pecados no arrepentidos de tus miembros y tomar las acciones apropiadas. El pecado no confesado debe ser juzgado con razón y condena (1 Corintios 5.3-5). Cuando hacemos esto, hay que hacerlo de acuerdo a la Palabra de Dios (Mt.18 :15-20). El propósito de este juicio no es para condenar, sino para restaurar al creyente pecador en servicio útil (Gálatas 6.1-5). Si el creyente pecador se niega a arrepentirse, tienes que romper comunión con él hasta que se arrepienta (1 Corintios 5.11-13, 2 ​​Tesalonicenses 1.8; 3.6).

3. Debes juzgar correctamente la enseñanza doctrinal de los predicadores y maestros de la Palabra de Dios (Mateo 7.15-20, Hechos 17.10-11, 1 Corintios 14.29, Tito 1.10-16; 3.10, Hebreos 13.7, 1 Juan 4.1, Apocalipsis 2.20-24). Pedro y Juan ambos les dijeron a los líderes judíos que juzgaran lo que decían para ver si era verdad o no de acuerdo con la Palabra de Dios (Hechos 4.19). Pablo le dice a los corintios que juzgaran lo que él estaba diciendo (1 Corintios 10.15). Es necesario dejar claro que no debemos escuchar las acusaciones en contra de nuestros pastores y líderes, a menos que haya por lo menos dos o tres testigos (1 Timoteo 5.19-20).

4.Debes juzgar correctamente los potenciales ancianos, pastores y diáconos para ver si están a la altura de los requisitos que se establecen en las Escrituras (1 Timoteo 3.1-13; Tito 1.5-9). La razón por la que muchas iglesias tienen muchos problemas es porque no obedecen la Palabra de Dios y nombran a personas que no están calificadas de acuerdo a la Palabra de Dios. Esto significa que tenemos que discernir o juzgar a los demás por las normas de Dios con el fin de ser obediente a la Palabra de Dios.

5. En 1 Tesalonicenses 5.14 se nos insta a «amonestar a los ociosos». En el versículo 15, se nos dice que debemos «velar para que nadie devuelva a otro mal por mal». Así que está claro que como creyentetienes que discernir a otros creyentes. Esto no quiere decir que vas a ir en busca de cada pequeña mancha o defecto que tienen los demás, sino que cuando veas a los creyentes hacer cosas que son claramente anti-bíblicas, entonces debes levantar tu voz y decir algo al respecto.

6. Debes examinarte a ti mismo para determinar si tu fe es real (2 Corintios 13.5-7). Esta prueba es para ver si realmente eres salvo y si estás haciendo lo correcto ante los ojos de Dios. También la Biblia menciona que debes juzgarte y examinarte a ti mismo antes de participar de la Cena del Señor para ver si tu condición espiritual es correcta (1 Corintios 11.31).

En conclusión, la razón por la cual muchos cristianos hoy en día piensan que no tienen derecho a juzgar a nadie es porque han sido adoctrinados con la enseñanza mundana de la «tolerancia». Para el mundo la tolerancia significa que la verdad es subjetiva y no hay verdad absoluta. Esto significa que nadie tiene el derecho de decirle a alguien cuando está equivocado, porque la opinión de una persona es tan buena como la de alguien más. Por lo tanto escuchamos tales cosas como, «¿Quién eres tú para juzgarme o para decirme si estoy bien o mal?»Por tal razón muchos cristianos hoy en día piensan que nadie tiene el derecho a decirles nada a ellos, porque eso es juzgarlos. Cuando traes esta actitud hacia la iglesia entonces ignoras la Biblia porque ahí sí se enseña que efectivamente hay verdades absolutas.

Las escrituras enseñan claramente que los creyentes no deben caminar a ciegas, haciendo caso omiso de la conducta pecaminosa o falsas enseñanzas; y si lo haces, entonces estás en conflicto directo con la clara enseñanza de la Palabra de Dios. Como cristiano tienes que tomar en serio las palabras de Pedro y otros apóstoles en Hechos 5.29 donde dice que no debemos juzgar a nadie «…Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres». Ni los cristianos ni las iglesias pueden darse el lujo de ignorar la Palabra de Dios y hacer la vista gorda a los que propaguen la falsa enseñanza que ningún cristiano tiene derecho a juzgar a otro. Hacer esto sólo dará lugar a la confusión y la división entre el cuerpo de Cristo, y muestra un desprecio por la Palabra de Dios. Pero también hay que reconocer que cuando se trata de juzgar, siempre tienes que comprobar tus motivos antes de decir algo a otro creyente. Si lo que estás haciendo no es completamente en base a la Palabra de Dios y en amor a tu hermano o hermana en Cristo, entonces lo mejor es que mantengas la boca cerrada.

Bendiciones de lo Alto,
—Alekz


Alekz es un comunicador apasionado con la misión personal de inspirar a una nueva generación de personas a soñar más, luchar más y lograr más. Actualmente reside en la ciudad de Nueva York donde es director de la revista Onda Exclusiva, está al frente de la Alianza de Radios Cristianas en Español y trabaja en la NASA. Si no está enseñando o capacitando, está viajando o frente al micrófono. Disfruta hablar de Jesús pero naturalmente, con creatividad y sin rodeos a través de sus publicaciones. Lleva la comunicación en la sangre, la educación en el alma, la ciencia en la mente y la fe en el corazón.

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