Japón-Terremoto-Tsunami-Explosiones-Radioactividad ¿Qué Sigue? Uncategorized

Era viernes 11 de marzo, 2011 a las 2:45pm y alrededor de la ciudad de Sendai se encontraba una gran cantidad de personas de diferentes edades, sexos, colores, clases sociales etc. Había estudiantes en los colegios, había ejecutivos en sus oficinas, trabajadores en sus labores, personas comprando en los supermercados, conductores manejando por las calles, enfermos en los hospitales, familias unidas en los parques, personas comiendo en restaurantes. 2:46pm comienza un terremoto que cambiaría los siguientes segundos, minutos, horas, dias, semanas, años en la historia de Japón y del mundo. El peor terremoto que ha existido en 140 años.
Un caos tremendo que comienza a marcar en los rostros de las personas preocupación, dolor, angustia, miedo, y un sin fin de sentimientos mezclados con la pregunta que invade las mentes y el corazón de todas ellas “¿que es esto?¿que sucede?” Fue seguido por un tsunami con olas que a la distancia traían una catastrofe que hundiría la tierra y sepultaría todo a su alcance. Desde entonces no ha dejado de temblar bajo las las réplicas producidas que aún continúan.
Todo sucedió tan rápido que no nos dimos cuenta. Cuando lo notabamos ya nos encontrabamos en medio de la tragedia devastadora ¿y dónde estaba Dios cuando sucedió esta catástrofe en Japon? ¿Por qué permitió Dios que esto sucediera? ¿Por qué no solo Dios permitió un terremoto en vez de un terremoto y un tsunami también? Las preguntas invaden la mente humana, y en medio de los sentimientos encontrados hay un reclamo buscando una respuesta acertada que pueda consolar las vidas.
¿Dónde estaba Dios? La respuesta es que Dios está poderosamente presente aun cuando aparentemente se ve que El está ausente. Fue Japón el que está sufriendo los efectos fisicamente, pero no sabemos qué más podria suceder en los próximos dias, semanas o meses. Este es el momento de apoyarnos los unos a los otros. Tal vez no puedas ir a Japón a ayudar fisicamente pero la oración llega más rápido que la acción. Oramos por Japón. Oramos por las personas desparecidas, por las madres dolidas con las muertes de sus hijos, por los hijos que quedan huerfanos sin padres, por las personas que perdieron sus casas, sus pertenencias, por fortaleza, fuerza y bendición hacia esta nación.
Por otro lado, esto es algo que nos advierte a estar listos y preparados. Más que listos para una situación similar, me refiero a la segunda venida de Jesús. Su regreso está cada día más cerca y los acontecimientos que estamos viviendo son señales y muestras que estamos ya a muy poco tiempo de este encuentro. ¿Estás listo para el encuentro?
Apocalipsis 3:10-11 dice “todos en el mundo tendrán dificultades y sufrimientos. Pero a tí te protegeré, porque tú me obedeciste cuando te ordené que no dejaras de confiar en mí. Pronto regresaré. Sigue creyendo fielmente en mí, y así nadie te quitará tu premio”
A pesar de lo que pase en el mundo y a nuestro alrededor, debemos de seguir confiando, creyendo, obedeciendo, y siendo fieles a Dios. El nos ha prometido que nos protegerá y que pronto regresa. Por ahora nos resta hacer y ser lo que él nos pide.
Tómate unos minutos ahora mismo y pide a Dios por su bendición sobre Japón. Jesús se preocupó por los dolidos, los enfermos, los deshauciados, los que padecían hambres y enfermedades. Hazlo también, ora por ellos, clama por sus vidas. Mejor aún, que a través de esta situación, muchos puedan llegar a conocer a Jesús en sus vidas.
No sólo oremos, clamemos por Japón,
-Alekz Aminadab Mundo


Alekz es un comunicador apasionado con la misión personal de inspirar a una nueva generación de personas a soñar más, luchar más y lograr más. Actualmente reside en la ciudad de Nueva York donde es director de la revista Onda Exclusiva, está al frente de la Alianza de Radios Cristianas en Español y trabaja en la NASA. Si no está enseñando o capacitando, está viajando o frente al micrófono. Disfruta hablar de Jesús pero naturalmente, con creatividad y sin rodeos a través de sus publicaciones. Lleva la comunicación en la sangre, la educación en el alma, la ciencia en la mente y la fe en el corazón.

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