Hola que tal,

Si estás aquí es porque te involucraste en la revolución de ideas que se formó el miércoles pasado con una de mis publicaciones (o simplemente te interesó el tema) de igual forma, bienvenido/a.

Antes que pueda comentar sobre mi publicación «llamativa», necesito aclarar varias cosas:

1. No soy homofóbico.
2. No usé (y nunca usaré) textos de la Biblia fuera de contexto.
3. Soy seguidor de Jesucristo.
4. Lo que escribí fue sin algún mensaje indirecto y lo que escribí fue lo que quise decir. 

Bien, ahora que he aclarado estas cosas, quiero una vez más resaltar la publicación que causó una revolución de ideas y comentarios:

«Que tontería que en pleno 2013 existan congregaciones cristianas que no acepten a los gays dentro de sus congregaciones. (Jn. 3.17)»

Ahora ¿de dónde surgió esta publicación?
Días atrás conversaba con una amiga que viajó a Guatemala donde visitó a sus familiares. Me relató una experiencia donde fue a cortarse el pelo a una estética (salón de belleza). Cuando llegó, la atendieron dos chicos (que eran gays) donde mientras ellos hacían su trabajo, ella aprovechó la oportunidad para compartirles de Jesucristo. Ellos se mostraron muy interesados en la conversación y evangelismo de la persona que al terminar la conversación, se soltaron llorando y finalmente terminaron aceptando a Jesús en sus corazones. Como la persona que les predicó iba solo de visita a Guatemala y no vivía ahí, ella les invitó a que buscaran una iglesia cristiana donde siguieran buscando de Dios. Para su sorpresa, ellos le respondieron que ya habían tratado de ir a algunas iglesias cristianas cercanas a ese lugar para buscar de Dios y que al llegar, les negaban el acceso (no los dejaban entrar).

Esto me molestó mucho y al mismo tiempo me causó dolor por la negligencia e ignorancia en la que la iglesia ha caído hoy en día. ¿Qué no se supone que nuestro objetivo como hijos de Dios es llevar a Jesucristo a las personas «perdidas» e instruirles para que vivan como Dios manda? (Mt. 28.19-20) Si a la iglesia solamente se diera entrada específicamente a «santos» y «puros», nadie pudiera entrar y nada se llevaría a cabo porque no hay nadie bueno en este mundo (Mr. 10.18)

Yendo más a fondo, Jesús—quien es nuestro máximo ejemplo—fue un hombre que convivió y se relacionó con personas más pecadoras de la sociedad, personas de mala fama, incluyendo prostitutas, ladrones, borrachos y la lista sigue (Mt. 9.10-13; Lc.7.34, 36-50).

Si cuando Jesús predicaba en diferentes ciudades hubiera dejado que solo lo escucharan y se le acercaran los «santos» y «puros», entonces ¡el evangelio sería una basura y su misión no tendría sentido! Yo nunca dije que la iglesia debe aceptar la práctica del homosexualismo, pero si tenemos que aceptar a toda persona que esté lejos de conocer a Jesús y desee conocerlo, eso incluye a los gays (Rom. 12.10). Jesús lo dejó muy claro que tenemos que amar a nuestros enemigos (y nuestros enemigos son los que no forman parte del Cuerpo de Cristo) (Mt. 5.44) así que es aquí donde a muchos se les cierran las mentes y no están dispuestos a amar a los gays, a las prostitutas, a los borrachos, a los drogadictos, a los alcohólicos, etc. (y no lo digo yo, lo dice Jesús mismo).

Adicionalmente, al final de mi publicación di una referencia a Juan 3.17 donde dice: «Porque Dios no me envió a este mundo para condenar a la gente, sino para salvarla». En ningún momento usé este versículo fuera de contexto. Jesús dijo que él no vino a condenar y punto. Nosotros debemos seguir Su ejemplo (Ef. 5.1) y tampoco debemos de condenar a los gays y negarles la entrada (acceso) a las iglesias que es donde pueden conocer al transformador de vidas, Dios mismo.

En el Antiguo Testamento sí es cierto que las personas inmundas no podían entrar al templo de Dios. Ahora en el tiempo de la gracia eso ya no es lo mismo.  (Mt. 5.17; Mr.12.29-31). Por supuesto que tampoco digo que a la iglesia vayan puros inmundos (eso es otro tema). Pero no es correcto condenar a alguien por su físico, pues Dios se enfoca en su corazón. Y no es correcto negarle la entrada a un gay pues hay otros «hermanos» dentro de la iglesia viviendo vidas más mediocres que muchos inconversos.

Si aún después de leer esta aclaración no entiendes que las congregaciones cristianas no tenemos que clasificar y dar o negar acceso a cierto tipo de personas que entran por la puerta del templo, entonces sigues viviendo con una mente cerrada y no eres maduro en el evangelio. O tal vez no lo habías entendido porque no leíste bien lo que escribí, de todas formas quiero aclarar que no estoy molesto por esa «revolución» de ideas y comentarios que muchos hicieron, sino me da gusto, porque esto ayudará a que muchas personas más puedan dejar de contextualizar a una iglesia cerrada de cuatro paredes reservada para «puros» y «santos» y comiencen a tirar esas paredes (de religiosidad) que les impiden amar a todos por igual, sin importar su físico, ideas, religión, profesión etc. Jesús vino a predicar la salvación y no a condenar y punto, ve tú y haz lo mismo.

¿Jesucristo le negaría la oportunidad de ser salvo a un gay?

Déjame saber tus opiniones abajo.